miércoles, 24 de noviembre de 2010

Es juez e imitador de Mirtha Legrand al mismo tiempo. No sabe si decirlo o no decirlo, si condenarlo a cadena perpetua o dejarlo en libertad




Se trata de Arístides Dudamel, un juez incapaz de dictaminar sentencia firme debido a la otra faceta que posee, la de imitador de la Sra. De los almuerzos. Qué naboleti.


“Cuando intenté dejar alguna de las dos profesiones no pude, es más fuerte que yo. Incluso no puedo separarlas en tiempo y espacio, tengo que ejercer ambas a la vez. La verdad que se hace difícil, a la edad que tengo yo, querido, presentarse al juzgado con un diseño de Jorge Ibañez, aros de diamantes 24 quilates (enfoque acá, director) y con una rosa en la mano que recorre todo mi cuerpo. No sé si el año que viene vuelvo, hay días que me dan ganas de mandar todo a la mierda, carajo”, así el divo del juzgado nº33 1/3 de Villa Cañás explicó la situación que vive, sin dejar de interrumpir cada vez que le quería hacer otra pregunta. Un pajarito me contó que los acusados le rezan a Santa Rosa María Juana Martínez Suárez para que les toque el juez Dudamel porque según creen trae suerte. Una vez a un tipo lo iban a ejecutar en el penal de Brehme a Goicochea en la final de Italia ´90 pero ante la incapacidad de resolución del juez, el tipo ese vivió unos cuantos años más en su celda antes de escaparse porque estaba embolado mal entre las rejas, ya que el LCD que tenía disposición no enganchaba con buena señal el canal Gourmet cuando Francis Mallmann cocinaba un salmón a las brasas, envuelto en un papel metalizado, cagado de frío en el glaciar Perito Negro (perdón, quise decir Moreno, negro suena muy peyorativo). Entonces se fugó nomás.
“Siempre les digo a los acusados que vayan a las audiencias y/o juicios con actitud positiva, porque como te ven te tratan, y si te ven mal te mal-tra-tan. Si están privados de su libertad que aprovechen para rescatarse porque, señores, la vida es corta y vale la pena ser vivida. Estos son frases que me dijo mi hermano gemelo, que también es juez pero está retirado, y que siempre sigue los casos que me tocan desde su casa. Él siempre fue más rellenito y le decimos gordito, a mí por ser más menudo me dicen chiquito. Mi hermano es mi mejor consejero”, lo corté ahí porque le dije que haga una pausa pero no me hizo caso. Como ahora no tengo ganas de poner comillas, les cuento yo que el chabón este dijo que le gusta veranear en Mar del Plata y mientras almuerza le gusta leer expedientes que le preparan sus asisten Elva y Elvira. Ahora sí tengo ganas de escribir algo entre comillas, que se haga cargo él solito: “Soy hincha de Racing, tengo mi anillito y todo. Juega mañana con Olimpo, ¿no? ¡Suerte Racing! Bueno, me tengo que ir, así que no me llamen porque no voy a estar. Chau, chau”.

P.D: (Juez Dudamel) Si tienen oro o alhajas que vender, vayan a Negro Leiva Joyas, mi joyero de confianza.

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