viernes, 8 de enero de 2021

Un Papá Noel flaco

 

- Vos me debes guita a mí.

- Dani, ya te expliqué que el que nos cagó fui mi socio de la productora, yo de números no entiendo nada.

- Está bien pero, ¿Vos sos actor, no? Así que me podés pagar con tu trabajo, que es actuar.

- ¿Qué querés que haga?

- Nada del otro mundo. Te disfrazas de Papá Noel y venís a las 23.59hs del 24 a casa. Le sacás una sonrisa a Juana. Si lográs que ella se sonría, listo, la deuda está paga.

- Vos estás loco… como le digo a mi familia que no voy a estar con ellos el 24.

- Ya se te va a ocurrir algo. Vos venís disfrazado, con barba, gorrito, campanita, todo. Le sacás una sonrisa a Juana. Si lográs que ella sonría, listo, la deuda está paga.

- No me podés pedir eso. Yo también tengo derecho a estar con mi familia.

-  No es que no vas a estar con ellos. Les decís que tenés que ir a pagar una deuda y que después volvés. Simple. Además, les vas a pegar una sorpresa bárbara a tus pibes cuando vuelvas disfrazado de Papá Noel. Les va a encantar.

- Pero además no te doy de físico, sí me dicen el flaco desde siempre.

- No te preocupes por detalles, vos venite el 24 cerca de la medianoche y pagá lo que debés.

El 24 de diciembre de 2020, cuando faltaban minutos para la medianoche, suena el timbre de la casa familiar de Dani. Atendió su mujer, miró fijo a un sujeto disfrazado de rojo y le preguntó si había tenido el cobicho. Ante la respuesta negativa del hombre, le ordenó que pase, que se quite el calzado, lo deje al lado de la puerta, que se ponga alcohol en gel en las manos y que se quede quieto, que le iba a tirar alcohol en aerosol en toda su vestimenta. Luego del ritual sanitizante, Dani aparece y lo recibe.

- Oh, Papá Noel, lo estábamos esperando. Pase por acá. Yo lo ayudo con la bolsa de los regalos, pase nomás.

Un patio, una mesa larga, gente alrededor de la mesa, 2 botellas de sidra, 1 de champagne, un pan dulce por la mitad. Para ser más precisos, cuando se dice gente se habla de 3 personas. Todos con barbijo. Un adolescente con la mirada gacha y fija al celular, quien no se percató de la nueva presencia. 2 ancianos, un señor y una señora. El señor mayor estaba de brazos cruzados y saludó a Papá Noel levantando las cejas y cabeceando apenas. La señora, en cambio, abrió grande los ojos y saludó con la mano.

Dani se acerca a Papá Noel, lo toma del brazo y se lo lleve a hablar a un lugar más retirado.

- Ahí la tenés a Juana. 86 pirulos. Ya ni se acuerda cómo se llama ni quienes somos. Desde que empezó la pandemia y, después la cuarentena, no salió de su casa. No la dejamos salir, porque ella no entiende qué pasa y no puede cuidarse sola. Así que estuvo todo este tiempo triste y enojada porque no podía “ir a jugar con sus amigas”. Eso nos decía y se nos partía el alma. Esta es la primera salida que hace en el año. Cuando le pregunté qué quería para navidad lo único que me pidió fue que viniera Papá Noel. Así que acá tenés tu oportunidad de pagar las deudas, actorcito. Vos vas, hacés tu número y le hacés sonreir. En un momento yo le voy a bajar el barbijo y si no está con una sonrisa…fuiste. ¿Me entendés o no me entendés?

Papá Noel no contestó a la pregunta de Dani. Avanzó con determinación en dirección a Juana. Se paró a una distancia prudente, 2 metros digamos. Abrió los brazos, miró al cielo y gritó un fuerte “JOJOJO, ¡FELIZ NAVIDAD!”. La anciana no salía de su asombro. Papa Noel deja de mirar al cielo y busca el rostro de Juana. Dani se acerca a ella y le baja suavemente el barbijo, deja al descubierto su nariz y su boca. Juana esta con la boca cerrada. Dani mira fija a Papá Noel. Papá Noel mira fijo a Juana. Juana abre la boca y dice:

- ¡Qué flaquito está Papá Noel! Coma un poco de pan dulce.

El actor mira a Dani y se empieza a reír. Dani se contagia de la risa. Juana los mira a los 2 y sonríe.