sábado, 29 de noviembre de 2008

Matan a mecánico en Recoleta por ser mecánico




“Tenía demasiada grasa encima, era un horror”, dijo una de las Señoras acusadas del crimen.

Román Gutiérrez fue encontrado sin vida el sábado pasado a la tardecita, en su taller de autos ubicado en el corazón del barrio porteño de la Recoleta. Junto a su cuerpo se encontraban tacitas de té, masas finas y un mazo de cartas para jugar a la canasta. Al parecer éstos fueron los elementos utilizados para cometer el crimen. Y al parecer también, las implicadas en el caso son tres ancianas que viven en la zona de toda la vida. Cuando se les preguntó por el fiambre, dos se hicieron las que por ahí pasaba un carro y sólo una respondió. “Disculpe, ¿usted sabe cuál era su segundo apellido? Porque Gutiérrez solo me parece medio pobre. Nunca nos quiso decir, decía que no tenía, aunque yo le insistía que era imposible, que su madre debería tener algún apellido. En cuanto a su aspecto personal, vivía cubierto de grasa por todo el cuerpo. Le chorreaba, tenía demasiada, era un horror. A lo mejor se dio cuenta que no encajaba en esta porción importante del mundo y decidió quitarse la vida. Para mí pasó eso”.
Cuando los detectives llegaron a la zona del crimen, enseguidita nomás se dieron cuenta de que no se trataba de un suicidio. Algunos conjeturan que el crimen fue ideado por las Señoras que viven en la zona de toda la vida. Al parecer, le habían encargado a la muchacha que cometa el homicidio, pero la negra ésta quería como condición que la pusiesen en blanco, a lo que las señoras le contestaron al unísono: “Nada más alejado del blanco que usted, muchacha del conurbano”. Si bien la respuesta fue ingeniosa, tenía mucha dosis de hijaputez. En fin, la situación quedó medio compliqueti por culpa de las leyes que rigen en la zona. Estas leyes dicen que es preferible tener más lejos de sus vidas a un Román Gutiérrez, que a las Señoras que viven en la zona de toda la vida, que además tienen derecho a hacer lo que se les canta porque son dueñas originarias de esas tierras y las defienden contra los avances de los invasores. ¿Tienen derecho, no?

Si desea colaborar con el Grupo Separatista Principado de la Recoleta, puede hacerlo matando a algún Román Gutiérrez más. Es la única condición y además la única solución, viste.