- Vos me debes guita a mí.
- Dani, ya te expliqué que el que nos cagó fui mi socio de
la productora, yo de números no entiendo nada.
- Está bien pero, ¿Vos sos actor, no? Así que me podés pagar
con tu trabajo, que es actuar.
- ¿Qué querés que haga?
- Nada del otro mundo. Te disfrazas de Papá Noel y venís a
las 23.59hs del 24 a casa. Le sacás una sonrisa a Juana. Si lográs que ella se
sonría, listo, la deuda está paga.
- Vos estás loco… como le digo a mi familia que no voy a
estar con ellos el 24.
- Ya se te va a ocurrir algo. Vos venís disfrazado, con
barba, gorrito, campanita, todo. Le sacás una sonrisa a Juana. Si lográs que
ella sonría, listo, la deuda está paga.
- No me podés pedir eso. Yo también tengo derecho a estar
con mi familia.
- No es que no vas a
estar con ellos. Les decís que tenés que ir a pagar una deuda y que después
volvés. Simple. Además, les vas a pegar una sorpresa bárbara a tus pibes cuando
vuelvas disfrazado de Papá Noel. Les va a encantar.
- Pero además no te doy de físico, sí me dicen el flaco
desde siempre.
- No te preocupes por detalles, vos venite el 24 cerca de la
medianoche y pagá lo que debés.
El 24 de diciembre de 2020, cuando faltaban minutos para la
medianoche, suena el timbre de la casa familiar de Dani. Atendió su mujer, miró
fijo a un sujeto disfrazado de rojo y le preguntó si había tenido el cobicho.
Ante la respuesta negativa del hombre, le ordenó que pase, que se quite el
calzado, lo deje al lado de la puerta, que se ponga alcohol en gel en las manos
y que se quede quieto, que le iba a tirar alcohol en aerosol en toda su
vestimenta. Luego del ritual sanitizante, Dani aparece y lo recibe.
- Oh, Papá Noel, lo estábamos esperando. Pase por acá. Yo lo
ayudo con la bolsa de los regalos, pase nomás.
Un patio, una mesa larga, gente alrededor de la mesa, 2
botellas de sidra, 1 de champagne, un pan dulce por la mitad. Para ser más
precisos, cuando se dice gente se habla de 3 personas. Todos con barbijo. Un
adolescente con la mirada gacha y fija al celular, quien no se percató de la
nueva presencia. 2 ancianos, un señor y una señora. El señor mayor estaba de
brazos cruzados y saludó a Papá Noel levantando las cejas y cabeceando apenas.
La señora, en cambio, abrió grande los ojos y saludó con la mano.
Dani se acerca a Papá Noel, lo toma del brazo y se lo lleve
a hablar a un lugar más retirado.
- Ahí la tenés a Juana. 86 pirulos. Ya ni se acuerda cómo se
llama ni quienes somos. Desde que empezó la pandemia y, después la cuarentena,
no salió de su casa. No la dejamos salir, porque ella no entiende qué pasa y no
puede cuidarse sola. Así que estuvo todo este tiempo triste y enojada porque no
podía “ir a jugar con sus amigas”. Eso nos decía y se nos partía el alma. Esta
es la primera salida que hace en el año. Cuando le pregunté qué quería para
navidad lo único que me pidió fue que viniera Papá Noel. Así que acá tenés tu
oportunidad de pagar las deudas, actorcito. Vos vas, hacés tu número y le hacés
sonreir. En un momento yo le voy a bajar el barbijo y si no está con una
sonrisa…fuiste. ¿Me entendés o no me entendés?
Papá Noel no contestó a la pregunta de Dani. Avanzó con
determinación en dirección a Juana. Se paró a una distancia prudente, 2 metros
digamos. Abrió los brazos, miró al cielo y gritó un fuerte “JOJOJO, ¡FELIZ
NAVIDAD!”. La anciana no salía de su asombro. Papa Noel deja de mirar al cielo
y busca el rostro de Juana. Dani se acerca a ella y le baja suavemente el
barbijo, deja al descubierto su nariz y su boca. Juana esta con la boca
cerrada. Dani mira fija a Papá Noel. Papá Noel mira fijo a Juana. Juana abre la
boca y dice:
- ¡Qué flaquito está Papá Noel! Coma un poco de pan dulce.
El actor mira a Dani y se empieza a reír. Dani se contagia
de la risa. Juana los mira a los 2 y sonríe.