jueves, 22 de mayo de 2008

Carta abierta a un tipo cerrado como Pappanüel



Trabajador de 27 años de aporte bardea a Pappanüel porque trabaja sólo unos días de Diciembre

Sr. (es una exageración este calificativo) Pappanüel:
Trabajo desde los 17 años, de lunes a viernes, 8 horas por día y mis hijos no me quieren. Vos venís un día de Diciembre y quedás como el bueno de la película, ¿Cómo es la historia? A lo suma irás al shopping una semana antes del 25, comprás los regalos y chau. Ponele que trabajás 1 semana, ponele. No me vengas con el trabajo de todo el año, que nosotros no lo vemos, que sacamos conclusiones apresuradas porque no te vemos todos los días y todas esas giladas. Seguro que ni vos comprás los regalos. Mandás a esos enanos que los tenés como esclavos; ellos son los que laburan, atorrante. Sos tan vago que ni te afeitás, viejo. ¿Me podés decir qué hacés? Ni siquiera caminás, siempre andando en trineo. Debes tener el colesterol a más de 300. No tenés un solo chequeo médico, sinvergüenza, como si tuvieses PAMI como los viejitos de acá. Dejate de joder. Después, el “ja, ja, ja”y qué sé yo es porque estás escabio, venías todo colorado eh, ¿qué te hacés? ¿Por qué no vas vestido así un domingo al cilindro a ver a la academia así te recagan bien a trompadas?
Ah, otras cosa, quiero ver tus aportes, eh. ¿Pagás los impuestos? Porque vamo a decir la verdad, nadie sabe bien dónde vivís, pero pará que ya va a caerte la AFIP y zzzzzácate. No sé si estarás en un country o en las colinas de veverli, pero te vamo a encontrar, vas a ver, te vamo a encontrar. Yo quiero un mundo justo, loco, no quiero que todos los créditos se los lleve un tipo vago que no respeta a los trabajadores, nada más. Te tiro la última: a los enanos esos los tenés en negro, no les pagas obra social ni nada. Pobrecitos, tienen que hasta trabajar enfermos porque no reciben nada. Preparate Pappanüel, empezá a correr.

Luego de estas palabras, la carta continúa exactamente como empieza, repitiendo las mismas palabras leídas anteriormente. Así que cuando se llega nuevamente a la última instancia, la carta vuelve a comenzar, y así una y otras vez. Es decir que la carta no termina nunca jamás (ah lala que julepe, eh). Si bien la explicación de este fenómeno está redactada para el ojete, la CIA entendió de que se trataba y nos dijo que muy posiblemente (un 94,7%) se trataría del síndrome de Moebius, que habría afectado al redactor de la carta, haciéndolo escribir lo mismo infinidad de veces, es más, todavía sigue escribiendo las mismas líneas que leímos anteriormente (cosa de mandinga, si te lo cuentan no lo crees).

1 comentario:

Luna dijo...

El éxito de Pappanüel es debido al auspiciante que lo lanzó: Coca Cola